Fui a votar y fue algo agradable simple, sencillo y fácil. Fue algo grato buscar la mesa de votación y no encontrar un ejército de fiscales que se pasaban el sobre para la firma de todos, cada uno buscando el número de orden y el nombre del votante, que presidente de mesa tenía que decirlo con voz fuerte, casi gritando, entrar al cuarto oscuro y ver la maraña de votos; en determinado momento se paraba la votación e ingresaban al cuarto oscuro presidente, vocales y fiscales, con el objetivo de corroborar que todos los partidos tuviesen su boleta, porque se robaban y/o destruían, lo que evidencia un sistema corrupto, con votos en cadena. Ayer quedó demostrado que los sublemas, el sinfín de boletas en el cuarto oscuro, es un sistema dudoso, engorroso y oscuro. Desde el vamos se presenta como algo  engañoso. El gobernador Jaldo se comprometió a cambiar este sistema, en donde se crean cientos de partidos, que llevan a un solo gobernador y de ese modo se aseguran el voto de aquellos que están en la lista y de sus familiares y amigos. En mi entender esto no tiene la transparencia que debe tener una elección democrática. Por lo que pregunto: ¿tan difícil es cambiar este sistema de elección oscuro o existen intereses creados para no hacerlo? ¿Qué pasa con la oposición que no levanta sus voces para cambiarlo? Debería hacerse una encuesta preguntando a los ciudadanos de a pie, que somos los que con nuestros votos convalidamos a los gobernadores y legisladores, si queremos que se cambie o no el sistema de votación de nuestra provincia.

María Beatriz Sánchez                            

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